viernes, 1 de julio de 2016

Homenajes a José Miguel Santiago Castelo (el último en el Hogar Extremeño de Madrid)

                Después de fallecimiento de uno de los socios fundadores de Beturia, Santiago Castelo en mayo de 2015, han sido varios los merecidos homenajes que se le han tributado, y en todos ellos ha habido mayor o menor presencia de Beturia.
                El primero se celebró en septiembre de ese año en su pueblo natal, Granja de Torrehermosa, donde uno de los asistentes fue nuestro socio Plácido Ramírez Carrillo.
Portada del libro
Santiago Castelo, el poeta de la memoria dulce
                Multitudinario fue el que se le rindió en la Casa de la Cultura de Torrejón de Ardoz el 23 de abril (día del libro) de 2016, organizado por el Círculo Extremeño de esa localidad cuyo presidente es el también socio de Beturia Francisco Cerro Ramos. En esa ocasión se presentó el libro "Santiago Castelo, el poeta de la memoria dulce", en parte biografía y en parte antología de sus mejores poemas, elaborado por otro de nuestros socios, Ricardo Hernández Megías. Al acto acudió el alcalde de la ciudad, D. Ignacio Vázquez, acompañado de varios miembros de su corporación municipal Además de Ricardo Hernández, intervinieron Francisco Cerro y otros socios de Beturia entre los que podemos señalar a Alejandro García Galán, José Iglesias Benítez, Félix Malfeito, Theófilo Acedo, Vicente Sánchez-Cano, Pablo Jiménez y Alberto Lebrato, quienes dijeron algunas palabras, recitaron versos o interpretaron canciones en homenaje a Castelo.
Homenaje en Torrejón de Ardoz.
De izquierda a derecha D. Ángel Idígora (párroco), D. Ignacio Vázquez (alcalde),
D. Francisco Cerro y D. Ricardo Hernández
                Ahora se le ha tributado un homenaje en el Hogar Extremeño de Madrid que, al ser la sede de Beturia, nuestra asociación también ha participado en la organización. El Presidente de Beturia, Jacinto Gil Sierra, destacó la condición de socio fundador de Santiago Castelo. Durante su intervención señaló que la obra poética del homenajeado está repartida en una veintena de libros publicados, además de colaboraciones más breves en prólogos, revistas, etc. Esos libros pertenecen a diversas editoriales, quizás como prueba de que la poesía de Santiago Castelo era muy solicitada por el mundo editorial y el autor quería quedar bien con todos. En Beturia Ediciones publicó el libro que lleva por título Antología Extremeña, que recoge los poemas que más de cerca se refieren a nuestra tierra, potenciando así la esencia de nuestra Asociación cuyo principal objetivo es fomentar la cultura extremeña. También recordó que Santiago Castelo nos abrió en una ocasión las puertas de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras que él presidía para presentar en su salón de actos un libro editado por Beturia.
                Otros socios de Beturia recitaron algunos de los poemas de Castelo. Theófilo Acedo Díaz puso música a un breve poema incluido en el libro Quilombo y lo cantó acompañado de la música que él mismo interpretó a la guitarra. La letra dice así:
Caminos y senderos,
                                                                cielos esclarecidos
                                                                y esa nube ¿por qué rezuma
                                                                tanta pena y tanta soledumbre?
Theófilo Acedo con guitarra durante su interpretación

D. Jacinto Gil y D. José Iglesias en el atril durante sus intervenciones
               José Iglesias Benítez recordó la amistad que le unió con Castelo y los encuentros poéticos que hubo entre ambos. Además de recitar un poema del último libro de Castelo, el titulado La sentencia que fue ya publicado de modo póstumo tras recibir el premio Gil de Biedma 2015, recitó dos sonetos propios dedicados a José Miguel:
              
                     DÍPTICO DE TIERRA Y LUZ
A Santiago Castelo, in memoriam
I
    Este sonetotierra que te escribo
    me araña como tierra, entraña adentro.
    Huele a tierra mojada y en su centro
    abriga un corazón al rojo vivo.

    Un corazón de luz desmesurada
    que la tierra arropó en su desvarío.
    Un corazón que ahoga el suelo frío
    y lo apaga y lo empuja hacia la nada.

    Hoy te llora mi voz, huérfana y sola,
    y añora aquel clamor de caracola
    que supo darnos en tu voz consuelo.

    …Y el soneto se queda desvalido
    porque no estás aquí, porque te has ido,
    poeta de la luz, dulce Castelo.


II
    Poeta de la luz, dulce Castelo,
    ruiseñor de la encina y del olivo,
    alondra en el trigal, de canto altivo,
    cigüeña o golondrina en raudo vuelo.

    El blancor de la cal, azul del cielo,
    amarillo en la mies con sol festivo,
    violeta en el amor, breve y furtivo,
    o rojo en la pasión de tu desvelo,

    cantabas a la luz y a la alegría
    con una pizca de melancolía
    y el ensueño tejido en verso y prosa.

    Ruiseñor del olivo y de la encina.
    Alondra bajo el surco. Y golondrina.
   Ya eres cigüeña de tu Torre Hermosa.

                Terminó su intervención leyendo una adhesión que le había enviado el también socio de Beturia Félix Malfeito.
                La última aportación de Beturia en ese homenaje la puso el músico y también socio Alberto Lebrato, quien interpretó al piano un pasodoble dedicado a Granja de Torrehermosa de cuya letra era autor Castelo.
                El homenaje se completó con intervenciones de representantes de otros organismos con los que Santiago Castelo tuvo vinculación (el Hogar Extremeño de Madrid, la Federación de Asociaciones Extremeñas de la Comunidad de Madrid, la Hermandad de la Virgen de la Victoria de Trujillo, el diario ABC y la Asociación Española de Escritores y Artistas).
                Estas palabras de nuestro socio Ricardo Hernández, extraídas de la introducción a Santiago Castelo, el poeta de la mirada dulce, explican muy bien el porqué de tantos actos de reconocimiento hacia José Miguel Santiago Castelo:
                "Era un hombre vitalista, trabajador infatigable, capaz de abarcar múltiples y variadas actividades, incansable conversador, amigo de tertulias (sobre todo literarias), enamorado de su profesión de periodista así como de la poesía que, junto con Extremadura, eran sus otros grandes amores en la vida."