El quinto centenario
de la muerte de Fernando el Católico, ocurrida en la localidad extremeña de
Madrigalejo el 23 de enero de 1516, se ha conmemorado con diversas eventos a lo
largo de este año 2016. Entre ellos, hubo un acto poético con la asistencia
tres poetas nacidas en la localidad. Lo más notable desde el punto de vista
histórico es que el día anterior, 22 de enero de 1916, el rey firmó su
testamento. En él disponía que tanto los reinos que habían pertenecido a su
esposa Isabel la Católica, como los suyos y los conquistados pasaran a un único
heredero, por lo que puede considerarse el acta de nacimiento de España como
nación.
El pasado 14 de agosto la Asociación
Cultural “Madrigalejo 2016” organizó un encuentro poético en La Casa de Cultura
de tres poetas de este municipio: Silvia Gallego Serrano, M. Ángeles García
Carranza y la socia de Beturia Amelia Peco Roncero. Además, Amelia Llevó
algunos títulos de libros publicados por Beturia que fueron expuestos durante
el acto.
No es muy usual que tres mujeres
coincidan, no solo en ser del mismo pueblo, sino que lo hagan en un mismo
espacio temporal y al mismo tiempo en su forma de sentir el arte poético: la
tierra, el erotismo y la defensa de lo femenino.
Fue un acto emotivo en el cual
compartimos con nuestros paisanos el amor por la poesía. Tal vez, algunos
fueran por el hecho ver a tres poetas de su mismo pueblo y puede que, hasta se
sintieran orgullosos.
Yo tengo que decir, que me sentí
orgullosa y satisfecha de mi gente y de mi tierra por el cariño y el respeto
con el que me han tratado cada vez que he tenido oportunidad de realizar alguna
actividad cultural.
También me di cuenta de que cuando
la cultura en cualquiera de sus géneros comienza a movilizar la mente de un ser
humano es como si un campo bien abonado comenzara a brotar y fuera imparable la
cosecha que acabaremos recogiendo.
Está claro que los pueblos avanzan y
crecen según su nivel cultural: La sabiduría de aquel que labra la tierra y el
saber que guardan las bibliotecas deberíamos conjugarlos al mismo tiempo,
porque no podemos olvidar que el medio rural y el saber popular son fuertes
como tronco de encina.
Cuentan que en la antigua Alejandría
en la época de Tolomeo I, sucesor de Alejandro Magno, cuando algún extranjero
llegaba a la ciudad se le registraba, no para ver si llevaba algo malo, sino
para ver si llevaba algún libro; si era así, se llevaban el libro y comprobaban
si estaba o no en la biblioteca, si estaba, el libro era devuelto a su dueño si
por el contrario no lo tenían se quedaba allí pasando a formar parte de lo que
fue el primer Centro de investigación y del saber del mundo: La biblioteca de Alejandría y, al dueño del
libro, se le compensaba por ello.
Termino con una frase de
Aristoteles, maestro de Alejandro Magno:
“El destino de los imperios depende
de la educación de su juventud”.
Gracias de nuevo a todos y elevemos
al ser humano mediante la cultura.
Amelia Peco.