Grupo de “beturios” en la Plaza de la Constitución o de las Palomas, de Guadix |
Como viene siendo costumbre en nuestra Asociación Cultural,
hemos aprovechado el amplio “Puente del Pilar” (del 12 al 15 de octubre), para
acercarnos y disfrutar de los tesoros que encierran, tanto la ciudad de
Granada, como los distintos y maravillosos paisajes de las llamadas Alpujarras
granadina, visitando lugares tan pintorescos y llenos de recuerdos de su pasado
bereber en su arquitectura popular, como lo puedan ser Lanjarón, célebre por
sus termas y aguas medicinales (pueblo blanco donde sus fuentes públicas están
diseminadas por sus calles, cada una de ellas con un poema de Federico García
Lorca grabado en hermosos baldosines de cerámica), Pampaneira, pueblo situado
en el barranco de Poqueira y que conserva un conjunto urbano singular, hasta el
punto de ser declarado Conjunto histórico-Artístico, o Trevélez, uno de los
pueblos más altos de España, donde se puede degustar el famoso jamón de sus
acreditados secaderos.
Pero el viaje tenía otros destinos turísticos de tanto valor
como los señalados. Acercarse a la bella ciudad e Guadix, situada en la llamada
Hoya de Guadix, es reencontrarse con unos tiempos ya muy lejanos a nuestra
civilización, como lo demuestran las miles de cuevas, algunas trogloditas,
escavadas en las laderas de piedra arenisca que circunvalan la ciudad, muchas
de ellas actualmente reparadas y puestas en circulación para los numerosos
turistas extranjeros que prefieren vivir en ellas antes que en los hoteles.
Visita imprescindible fue a la imponente iglesia catedral, mandada a construir
y dedicada por los Reyes Católicos a la Encarnación, una de las más importantes
catedrales de España, que guarda numerosos tesoros artísticos, entre los que
señalamos, además de un imponente coro, una
copia de gran valor de la famosa Piedad de Miguel Ángel, esculpida en mármol
blanco de Carrara. Todo el conjunto catedralicio ha sido declarado Bien de
interés Cultural desde 1931.
La
Alcazaba de Guadix vista desde el barrio de las cuevas.
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En el viaje a las cuevas, en los arrabales de la ciudad,
destacaremos la visita a la capilla de la Virgen de Gracia, imponente obra
excavada en las entrañas de un monte,
donde fuimos recibidos por el párroco, y donde se conserva un curioso Museo
dedicado a Belenes creados por los más curiosos artistas del mundo.
Un día entero lo dedicamos, acompañados por la guía que
Ibertrável nos había asignado para todo el viaje, a visitar la inigualable
ciudad de Granada. Por la mañana, con una temperatura ideal visitamos la
catedral, considerada como la cumbre del Renacimiento español.
Con el
reinado de Carlos I de España se llevarán a cabo numerosas construcciones en la
ciudad de Granada, dada la intención del monarca en convertir a la urbe en el
modelo de ciudad del siglo XVI. Así la construcción de la catedral de Granada
será coetánea a las del palacio cristiano de la alhambra, la Universidad y la
chancillería.
El
primer proyecto fue encomendado en 1506 a Enrique Egas que concibió un templo
de estilo gótico, tomando como modelo la Catedral de Toledo. Las obras
comenzaron, bajo la dirección del propio Egas, con la colocación solemne de la
primera piedra el 25 de marzo de 1523. Sin embargo, fue Diego de Siloé quien,
en 1529, se encargó de las obras, que se concluirán en 1563, presentando un
nuevo proyecto mucho más ambicioso. El autor trazó las líneas renacentistas de
todo el edificio sobre los cimientos góticos, con girola y cinco naves en lugar
de las tres habituales, combinando en su estructura elementos de otros órdenes
arquitectónicos.
Fachada principal de la Catedral.
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Con la
llegada de la política centralista de Felipe y, especialmente, con la expulsión
de los moriscos de 1609, la región perdió gran parte de su fuerza económica y
quedó relegada frente a otros centros locales. Sin embargo, sí se continuó
desarrollando proyectos artísticos de importancia. Es el caso de la reforma de
la fachada principal emprendida por Alonso Cano en 1664, en la que se
introdujeron elementos barrocos.
Nave central, capilla mayor y bóvedas de
la catedral de Granada.
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La magnificencia del proyecto hubiese
sido aún mayor si se hubieran erigido las dos grandes torres de ochenta y un
metros de altura previstas en los planos. El proyecto no fue terminado por
diversos problemas, entre ellos la muerte de Alonso Cano en 1667, y otros
económicos, por lo que finalmente, en 1684, la Catedral quedó con una torre,
formada solo por tres cuerpos en lugar de los seis previstos y con un total de
cincuenta y siete metros de altura.
En 1706
Francisco de Hurtado Izquierdo y posteriormente su colaborador José Bada construyeron
el actual sagrario de la catedral. En él, el autor rompió su tendencia rococó,
respetando la sobriedad de líneas y la estructura clásica del resto del
conjunto.
Visita
imprescindible de la catedral es la Capilla Real, donde por decisión propia
están enterrados los Reyes Católicos, doña Isabel I de Castilla y su esposo don
Fernando II de Aragón, además de su hija la reina doña Juana I de Castilla y
Aragón, su esposo don Felipe I de Castilla, “El Hermoso” y don Miguel de la Paz
de Portugal, nieto de los Reyes Católicos muerto siendo muy niño.
Los Reyes Católicos escogieron como
lugar de enterramiento la ciudad de Granada, creando, mediante real Cédula
fechada el 13 de septiembre de 1504, la Capilla Real. Fue construida entre 1505
y 1517 dedicada a San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
Separada por una monumental verja
decorada, forjada por Maestro Bartolomé, podemos contemplar los sarcófagos de
los Reyes Católicos y de sus hijos Juana y Felipe.
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Comenzó a construirse en el año 1505
por Enrique Egas en estilo gótico. Intervinieron en su construcción, además, Juan
Gil de Hontañón, Juan de Badajoz el viejo y Lorenzo Vázquez de Segovia.
El Museo fue creado en el año 1913. Con
el desarrollo del turismo en España en la segunda mitad del siglo XX se
convirtió en uno de los centros de atracción turística de la ciudad de Granada.
En el centro del crucero se encuentran
los sepulcros de Isabel y Fernando, obra del artista italiano Doménico Fancelli,
y los de Juana y Felipe, del escultor español Bartolomé Ordóñez. Los sepulcros
son altos y marcado prioridad casi a la altura de tabernáculo (simboliza la
cercanía de los reyes a Dios).
La tarde del día dedicado a visitar
Granada, como no podía ser menos, lo dedicamos a visitar la inigualable
Alhambra, que por mucho que se visite siempre te sorprende con sus innumerables
detalles de belleza, tanto en sus edificios como en sus jardines, siempre
florecidos, aun en estas fechas del inicio del otoño.
Como bien dice la propaganda turística hablando
de sus bellezas, su verdadero atractivo, como en otras obras musulmanas de la
época, no solo radica en los interiores, cuya decoración está entre las cumbres
del arte andalusí, sino también en su localización y adaptación, generando un
paisaje nuevo pero totalmente integrado con la naturaleza preexistente.
La Alhambra se levanta sobre la
colina de la Sabika, uno de los puntos más elevados de la ciudad de Granada.
Este emplazamiento buscaba una situación estratégica defensiva y a la vez
transmitir un claro símbolo, donde la cima del poder es muy perceptible para el
resto de la ciudad, una ubicación escogida para ser contemplada. La ocupación
de esta colina se remonta a tiempos romanos. Del año 899 datan las primeras
referencias escritas de un emplazamiento militar en la zona. A mediados del
siglo XI, al convertirse Granada en capital del reino de Taifa, bajo la
dinastía ziríes, se ampliaron las construcciones.
La Alhambra pasó a ser residencia real,
a partir de 1238, con la llegada al poder de Muhammaad Nasr, primer monarca del
Reino nazarí de Granada, para lo que creó un abastecimiento de agua propio. Las
construcciones más lujosas de los palacios que hoy se conservan, el de Comares
y de los Leones, proceden del siglo XIV. El conjunto tiene una forma alargada e
irregular adaptada a la forma de la loma sobre la que se levanta. Su longitud
es de 740 m y su anchura varía entre los 40 y los 180 metros.
Con los ojos como plato, los miembros
de Beturia fuimos recorriendo todos y cada uno de los rincones de la Alhambra,
para, poco después, desplazarnos a visitar el Generalife y disfrutar tanto del
olor de sus numerosas plantas olorosas, como del maravilloso sonido de sus
innumerables fuentes. Esta combinación de luz, color y música hace de estas
edificaciones un lugar inigualable, dejándote con el deseo de visitarlo una y
mil veces, y siempre con la misma sensación de asombro.
Pero la noche en Granada es tan hermosa
como pueda serlo el día recorriendo sus monumentos, o la tarde con el paseo por
la Alhambra y el Generalife. Así lo pensaron un grupo numeroso de “jóvenes
Beturios” que decidieron montarse una noche flamenca en el barrio del Albaicín,
concretamente en sus cuevas del Sacromonte. No debieron pasarlo mal, porque a
la mañana siguiente, durante el desayuno, los estragos de la noche venían
reflejados en sus caras de sueño. ¡Pero valió la pena!
El último día, el viaje, un poco
para sosegar nuestro ánimo y descargarnos de tantas emociones culturales,
derivó hacia otros lugares más tranquilo y nos acercamos al bonito pueblo de
Alhama de Granada, pueblo que según la historia fue el último conquistado por
las tropas de los Reyes Católicos antes de entrar en Granada. El pueblo, está
situado en la parte occidental de la comarca de Alhama, a los pies del Parque
Natural de sierra de Tejada, Almijara y Alhama lo que le proporciona veranos
con temperaturas suaves.
El caserío de Alhama se levanta al borde un
profundo “Tajo”
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Alhama
de Granada es conocida por sus baños termales árabes asentados sobre restos de
los baños romanos, de los que procede su propio nombre, al-Hama, (que
significa “el baño”) y que darían lugar al actual Balneario, y por sus imponentes Tajos y barrancos situados
dentro del Parque Natural de las Sierras de Tejada, Alminara y Alhama,
espectacular paisaje formado sobre el río Alhama, confinados en la parte alta
de la localidad y catalogados como Paisajes Sobresalientes según el Plan
Especial del Medio Físico de Granada, (Monumento Natural de Andalucía de
carácter Geológico).
Su toma por los ejércitos de los soberanos
de la Corona de Castila el 28 de febrero de 1482, en represalia por la toma
nazarí de Zahara de la Sierra (Cádiz) en 1481, significó el inicio de la Guerra
de Granada (este hecho se narra en el célebre Romance de la pérdida de Alhama, que nuestro poeta Pepe Iglesias
nos recitó sobre uno de los Tajos). Durante la guerra, ya en manos castellanas,
Alhama sufrió varios sitios por parte de las fuerzas nazaríes, todos sin éxito.
Durante el tercero, entre 1484 y 1485, el alcaide de Alhama, Íñigo López de
Mendoza y Quiñones, ordenó el uso de papel moneda.
Tras la conquista cristiana por el
marqués de Cádiz, Rodrigo Ponce de León y Núñez, la plaza conservó su
importancia estratégica y económica. En 1486 los Reyes Católicos nombraron a Hernán
Pérez del Pulgar, por medio de una Real Cédula, Capitán General de Alhama, en
premio a su valor al protagonizar una arriesgada operación en 1482 en la que
logra eludir el cerco y llegar hasta Antequera para pedir auxilio, evitando la
pérdida de Alhama, estratégicamente situada en el centro del antiguo Reino
Nazarí.
La parte monumental del casco urbano se
concentra en su zona suroeste. Todo el casco antiguo está declarado Conjunto
Histórico-Artístico. Entre los elementos más importantes se encuentra la Iglesia
Mayor de la Encarnación, poderosa iglesia gótico-renacentista, levantada por
orden de los Reyes Católicos en 1505 sobre la Mezquita Mayor, siendo la primera
iglesia cristiana consagrada en el antiguo reino de Granada, tras su toma por
los cristianos. Su portada es obra de Enrique Egas. También cuenta con un castillo, de origen árabe y
reconstruido a principios del siglo XX sobre lo que fuera la Alcazaba; la iglesia del Carmen, edificio
renacentista del siglo XVI con decoración barroca; la Casa de la Inquisición, de estilo gótico isabelino, que solo
conserva original la fachada; el Hospital
de la Reina, renacentista, primer hospital de sangre, y edificado sobre
la que fuera casa del cadí de Alhama; y la fuente conocida como Caño Wamba, erigida en 1533, de estilo
renacentista; el Granero Comunal
o pósito, fue construido sobre la sinagoga existente a la conquista. La
cristianización de la ciudad después de su conquista, condujo a la construcción
de grandes conventos como el del
Carmen o el de San Diego.
Y con los ánimos llenos de buenas
sensaciones y con el recuerdo de unos días de asueto, amistad y camaradería,
dimos por finalizado el viaje… hasta que montemos otro…
Gracias a todos los que hicieron tan
fácil y agradable el viaje.